Un colega de la antigua escuela de Wing Chun tenía la costumbre de hacer botellón los fines de semana junto a sus amigos. Si mal no recuerdo, bebían ron barato, o algo por el estilo, pues eran muy jóvenes (o eso pretendían). Y cuando llegaba el viernes, se reunían en una plaza junto a otros centenares de jóvenes.
Como bien sabemos, en estas «fiestas» —por llamarlas de alguna forma—, siempre existe la posibilidad de que se desate alguna pelea. Es lo que tiene el exceso de alcohol, y más, en los jóvenes varones. Efectivamente, a las dos horas, algún imbécil intentaría robar la botella de Ron… y le pillaron. Aquí no hace falta entrar en detalles: escalada verbal hasta entrar en contacto físico.
El hecho es que a mi colega —que lleva coleta—, le tiraron por detrás y al caer al suelo empezó una lluvia de patadas.
Decidió ponerse en posición fetal y aguantar hasta que todo terminase. Pero por suerte, algún incidente —no recuerdo bien cual— hizo que los agresores se dispersaran y la pelea acabó sin mayores daños.
Decidió ponerse en posición fetal y aguantar hasta que todo terminase
Cuando nos contó la historia, un poco avergonzado, afirmó que no se puede hacer otra cosa en dicha situación.
POSICIÓN FETAL
Hace unos cuantos años hubiese pensado igual. De hecho, en algunos sistemas de Defensa Personal enseñan exactamente eso: hacerte una bola, cubriendo bien la cabeza y protegiendo el cuerpo con las rodillas al pecho. Lo cual, contra varios oponentes, ciertamente es sensato.
Sólo que corres el riesgo de que el asunto continúe de forma indefinida.
No sólo porque hay gente muy tarada por ahí (y en Madrid, cada vez más), sino porque incluso cualquier sujeto ajeno a la pelea —al ser un resentido— aprovechará para patear la cabeza de un desconocido, sólo porque puede. Y porque existe la posibilidad de hacerlo sin riesgos. Esto, lo he visto hacer hasta a conocidos míos.
Puede que no paren hasta dejarte inconsciente, o incluso que sigan aún cuando ya no te muevas. Puede que alguien se ponga creativo y decida buscar algún objeto contundente. La pelea en la calle despierta la parte oscura del ser humano. Esa que creemos domesticada, esa que no queremos ver, pero que sigue ahí.
Por lo tanto, esperar a que el asunto pase —cruzando los dedos— es extremadamente arriesgado. Ahora ¿existe alternativa?.
NUNCA DIGAS NUNCA
Nunca vayas al suelo en la calle. Es posible que más de una vez hayas escuchado esta recomendación. Y no le falta la razón, pero ¿y si terminas ahí sin quererlo? En ese caso, el consejo ya no es de mucha ayuda.
Veámoslo así: si en la pelea callejera existe toda clase de posibilidad —como por ejemplo, terminar de espaldas al suelo, caer de culo, de rodillas, etc.— ¿Por qué en las clases de Defensa Personal no se aprende a pelear desde estas posiciones?
Y aunque sepamos contraatacar desde el suelo, lo cual no deja de ser un infierno, ¿no deberíamos saber salir de ahí lo antes posible?
VISUALIZACIÓN
Evidentemente, nada de esto es fácil, pero si nunca te has imaginado atacando desde una posición tan desventajosa… jamás en la vida lo vas a hacer.
Una posibilidad debe pasar primero por tu mente antes de convertirse en acción. Si nunca lo has visto o imaginado —y menos aún entrenado—, pocas probabilidades hay de que se te ocurra en un momento de desesperación.
Si nunca has contemplado una acción, poca posibilidad tienes de hacerla
Y esto no es sólo en las Artes Marciales. Es para todo en la vida, visualizar es una de las claves del éxito.
PROTECCIÓN ACTIVA
Si entrenas tumbado, de culo o de rodillas contra alguien de pie, primero entenderás la desventaja que genera esta situación. Luego empezarán a aparecer soluciones, donde pensaste que no habían. Entre otras cosas, podrías aprender a:
A más de uno le parecerá que lo anterior es imposible, que no se puede hacer en una pelea real. Se puede hacer, créeme. Algunos principios quizá requierán más tiempo que otros, pero una vez que interiorizas una posibilidad, esta sólo espera una señal para explotar. Y todos estos escenarios, o probabilidades, son entrenados regularmente, contra uno o varios oponentes, en nuestras clases de Defensa Personal.
Así que si quieres venir a probarlo, reserva una clase de prueba aquí
Gracias por leer.