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Artes marciales vs. realidad

La vida se compone de ciclos, y cuando no es así, es que no es vida. En otras palabras, si no eres alterado por la vida, es que no la estás viviendo.

A veces tendrás que tomar decisiones difíciles, y romper con el presente para seguir evolucionando. Cuando abandoné Keysi Fighting Method, no lo hice con entusismo, pues me aportó muchas cosas positivas.

Sabía que echaría de menos a Justo Diéguez, a su hija Jessie y a Bogdan, su mano derecha. Y también a todos los instructores del mundo con los que tuve la suerte de entrenar.

Pero llegan momentos en la vida en que debes priorizar entre lo te gusta hacer y lo que debes hacer.

Percepción y realidad

Cuando empecé en el mundo de las Artes Marciales, siempre lo hice con la intención de aprender a pelear. 

Aunque para algunos no suene bien, esto es lo que se entiende por Artes Marciales, que son para aprender a pelear, o por lo menos a defenderse. Lo vemos en el cine, en los libros, en los comics, etc. Películas como Karate Kid (la antigua, la nueva es una bazofia) con el típico “bonachón” que aprende Artes Marciales para poner en su sitio a los malos, han nutrido la percepción de las AM en occidente durante décadas.

Pero percepción y realidad no siempre es igual, y muchas AM no pretenden prepararte para una pelea callejera. Perseverancia, salud, emociones positivas y otras cosas sí, pero capacitarte para la violencia, no tanto.

La mayoría de las Artes Marciales no te preparan para una pelea en la calle

Antes de empezar a practicar Artes Marciales, para bien o para mal, ya conocía la violencia callejera.

Puede que gracias a eso lograse distinguir, en no demasiado tiempo, si lo que estaba entrenando era útil o no. No sabía muy bien por qué, simplemente lo sabía o más bien, lo sentía.

Y cuando digo “no demasiado tiempo” me refiero a no más de tres años… No nací experto en nada y cómo todos me creí mucha basura. Pero no tuve que hacer 10 años de Aikido, antes de darme cuenta de que es imposible coger la muñeca de un tío embrutecido. Que eso sólo lo hace Steven Seagal en las películas.

Tampoco voy a tener la arrogancia de decir que no aprendí nada, ni mucho menos que perdí mi tiempo. Pero todos estos años me han llevado a descubrir que se puede aprender a pelear de forma mucho más rápida y eficaz.

Lo que sucede, es que esto no es comercialmente viable. Vamos a ver porqué.

Menos es más

Mientras menos técnicas aprendas y más limitado sea tu repertorio, más rápida será la elección de una respuesta durante la pelea. Por otro lado, mientras menos técnicas, mayor maestría de estas. Ahora, esto tiene dos problemas:

1. Puede que el alumno se aburra de hacer siempre lo mismo y se vaya.
2. Se acorta el programa o la duración del sistema.

Para resolver esto, muchos sistemas de Defensa Personal o de Artes Marciales son prolongados “artificialmente” para poder enrolar al alumno durante más tiempo y así generar mayores ganancias. Si se acorta el programa, reduciendo las técnicas (muchas de ellas totalmente desechables), se acelera el proceso de aprendizaje, lo que impediría el beneficio económico previamente calculado.

La pelea real es fea

Es necesario una buena mecánica corporal para poder generar potencia en los impactos. En este caso no voy a decir que no sea bueno buscar la perfección. Pero cuando las técnicas de pelea se empiezan a parecer a una coreografía, hay algo que falla.

En muchos sistemas se idealizan las técnicas de ataque, transformándolas en sofisticados movimientos que poco tiene que ver con la realidad.

La pelea real es fea, simple y brutal.

Por lo tanto, las técnicas se deben mantener simples. Problemas: Mientras más simple, menos vistoso, menos tiempo para aprender y menos tiempo pagando las mensualidades.

Conocer el caos

A la gente le gusta el orden —su cerebro funciona así— si te pasa X, respondes de esta forma. Y así son la mayoría de las AM: cuadriculadas, ordenadas y predecibles. Tanto las secuencias como la reacción del oponente. Y la pelea real es todo menos ordenada.

La verdadera pelea… es todo menos ordenada

Debe haber un equilibro orden/desorden en la enseñanza: Debes ordenar para luego desordenar. Pero el problema, es que a las personas no les gusta el descontrol. Y tú no quieres que tu alumno se vaya a casa sintiendo que no tiene el control… Porque puede que no vuelva.

Entonces te adhieres a las técnicas y las enseñas con el mayor control posible. Por ejemplo, con un oponente inmóvil y complaciente…  para evitar a que se abra una grieta y se vea el caos que late por debajo.

Pero justamente es ese caos el que necesita tu alumno para aprender a pelear. Ello aceleraría el proceso de aprendizaje de manera drástica.

Aprender a base de h*stias

Ahora, esa forma de enseñanza cuadriculada no siempre es intencional. El instructor lo ha aprendido así y lo enseña del mismo modo sin saber muy bien porqué. Pero la sistematización de muchas Artes Marciales se hizo pensando en el beneficio económico. Cinturón blanco, cinturón amarillo… hasta llegar a negro. Todo ordenado y rectilíneo. Así aseguras la fidelización de los clientes.

Nuestro sistema educativo es igual. No se hizo pensando en que los individuos descubrieran sus aptitudes, si no en crear un esclavo intercambiabletécnico administrativo lo llaman ahora— que trabaje 8 horas sin dar por saco.

Ahora, una persona que no termina el cole y empieza a trabajar a los 14 años entiende la vida mucho antes que aquel individuo que fue a la universidad, hizo un master y vivió con sus padres hasta los 35 años. No digo que uno sea mejor que otro, pero hay uno que aprende claramente más rápido que el otro.

Creo que entiendes la analogía: Si te enfrentas a lo desconocido, al caos y al descontrol… Aprenderás mucho más rapidamente que con teorías, supociciones y oponentes sumisos.

Directo al grano

Como dije anteriormente, si empecé en esto fue para aprender a pelear y asumo que mis alumnos también lo pretenden así… Mi objetivo es que aprendan a luchar lo antes posible. No en cinco, ni diez años, o peor aún… nunca.

Por lo tanto, me voy a alejar de toda forma de enseñanza clásica y lenta. No aspiro a hacerme rico y de momento tengo otros ingresos, por lo que no dependo de la fidelización de un alumno.

Tampoco pretendo tener todas las respuestas… Y no estoy aquí para garantizar nada. No hay garantías en una pelea real. Sin embargo, mi intención es clara: Establecer un método que vaya directo al grano.

Gracias por leer.

One Reply to “Artes marciales vs. realidad”

  1. Nacho says: 10/03/2020 at 20:15

    Great decision, Henrik, as, unfortunately, KFM has unevolved with its founder’s new approach, its’a pitty but this is life. Without any doubt, Justo has taken a linear and slow teaching approach far from a practical and useful one and, from my point of view, that diverts from his original path, so I encourage you to take your own path. Wel done!! 🙂

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