Hay cosas muy importantes —relacionadas con la violencia— de las cuales no suelo hablar en clase… Cosas, que sin embargo, son esenciales para la Defensa Personal.
La razón por la cual no toco estos temas, es porque son aburridos. Y la mayoría de la gente no viene a clase a sentarse a escuchar una charla o a que le den la lata, sino a desfogarse, a sudar, y por supuesto, a divertirse.
A mi personalmente me gustan estas chapas. Durante los seminarios de Keysi Fighting Method, por ejemplo, recuerdo el interés con el que escuchaba a Justo Diéguez en cuanto se desviaba hacia terrenos más inmateriales.
Pero claro, aquí hablo de talleres de varios días… si tuviese una hora de clase, estaría mirando el reloj y pensando: «venga que se nos va el tiempo para entrenar».
Estas cosas que no puedo, o no debo, decir en clase, son el motivo de este Blog.
Si a alguien le parece aburrido y sólo quiere venir a clase a sudar, o a sociabilizar, es su elección. Si hay algo que he aprendido en esta vida —y no precisamente en el cole— es que no debes forzar las cosas… Todo va y viene naturalmente.
Pero para el que quiera ir más allá, hoy voy a hablar de una de esas cosas importantes.
LA DECISIÓN
A pesar de que se asocia Defensa Personal o Artes Marciales con lo físico —aprender a pegar, por ejemplo—, más del 90% de lo que determina una pelea es de carácter psicológico. Y la decisión de actuar, de pelear o no pelear, forma parte de este porcentaje mayoritario.
La importancia de esta elección radica en que si la tomas a tiempo, tendrás mayor probabilidad —y con diferencia— de salir bien parado de X situación. Y digo «bien parado» porque en Combatives ganar o perder no tiene cabida: sobrevivir es la única meta y todo vale para llegar a ella.
Más del 90% de lo que determina una pelea es de carácter psicológico
Volviendo al tema, lo que tardes en tomar la decisión, no sólo es tiempo perdido, sino que además, es un lapso en el que te encuentras vulnerable… Recordemos que la acción vence a la reacción, y no es lo mismo decidir, bajo una lluvia de hostias, que antes que adrenalina invada tu cuerpo y perturbe tus habilidades motoras.
EL DETONANTE
Para tomar la decisión a tiempo es importante tener un «detonante». Básicamente es decir: «Cuando pase esto, haré X». Definir eso que hará que pases a la acción, eso por lo que valdría la pena arriesgar tu vida… o quitársela a otro.
Rory Miller, en su altamente recomendado Meditations on Violence, habla de crear una lista de motivos por los cuales valdría la pena pelear. Así que coge un lápiz y un papel (tal como en la antigüedad) y haz un listado para que se quede bien anclado en tu cabeza.
Aquí cada uno, según sus principios morales —o carencia de ellos—, tendrá su propia lista. Así que lo que viene a continuación, es sólo un ejemplo.
🡺 Actuaré si alguien me insulta
🡺 Si alguien invade mi espacio personal
🡺 Si alguien me quiere robar
🡺 Si veo un intento de violación
🡺 Si alguien me amenaza con sacar un cuchillo
🡺 Si me amenazan con un cuchillo u otro objeto (destornillador, machete, etc)
🡺 Si me intentan secuestrar
Repito, estos son meros ejemplos y no te digo que sigas esos modelos. De hecho, si alguien te insulta o incluso te quiere robar, no vale la pena arriesgarse por cosas tan banales. No seas esclavo de tu ego: mide el riesgo vs. el beneficio… y sé razonable.
Paralelamente, tener una frase predilecta, una que te dirás a ti mismo para desencadenar la pelea, es de gran ayuda. Por ejemplo, frases como «a tomar por culo» o «y una mierda» serían ideales para romper la inacción.
Y ahora, un factor determinante para tomar la decisión, es saber a quién te estás enfrentando.
TIPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA
Entender a la persona qué tienes enfrente, acelerará el proceso de decisión. Básicamente hay tres tipos de personas con las que podrías tener un altercado violento… Esto es una simplificación deliberada, pero lo importante es reconocer los patrones básicos:
1. Violencia Territorial
Aquí se busca imponer dominio. Suele estar acompañado de lo que Rory Miller llama Monkey Dance… No, no es reguetón: Es una especie de ritual en el que un macho intenta persuadir a otro —a través de gestos exaltados y amenazas— de que si no se somete, habrá violencia.
Es la más común de todas y es muy habitual entre los jóvenes varones (especialmente si hay alcohol de por medio). No suele estar asociada con enfermedades mentales aunque a veces puede rozar lo antisocial.
Como se podría escribir un libro sobre esta tipología, no me voy a perder en detalles, y ya hablaremos de ella más adelante. Lo relevante ahora, es saber que aquí tienes la opción de desescalar y evitar la pelea.
Ojo: Cuando esta violencia es generada en grupo, cambia la dinámica y puede llegar a ser muy peligrosa, pero como he dicho, ya hablaremos de ello en otra ocasión.
2. Violencia Criminal
Depredador con objetivo material, usualmente dinero o un objeto con el que obtenerlo (móvil, reloj, etc). Es habitual, aunque no exclusivo, que sean drogadictos desesperados por una nueva dosis. Son los denominados sociópatas y/o antisociales.
Pueden ser peligrosos para conseguir lo que quieren —ten en cuenta que el mono por otra dosis puede sobrepasar cualquier barrera ética y moral— pero por lo general te dan la opción no violenta: entregar lo que piden.
Ojo: De momento, en España no se ve pero en algunos países de Sudamérica puede darse el caso de que decidan matarte después de haberte robado… sólo porque sí (aquí pasamos al caso siguiente).
3. Violencia Predatoria
El objetivo de esta persona es inmaterial, es decir, que busca el placer de hacer daño. Es el más peligroso y afortunadamente el menos común: el llamado psicópata.
Aquí no hay desescalada o conversación que valga: Para esta persona no vales una mierda. Por lo tanto, sólo tienes dos opciones: pelear, huir o ambos… Siendo someterse igual a morir.
Ojo: Este es el que podría intentar un secuestro pero sin la intención de pedir una recompensa… Así que si no eres el hijo de Bill Gates, o de otro magnate de la corrupción, entrar en el coche será tu última decisión.
CUANDO Y CÓMO
Reconocer el tipo de violencia que tienes enfrente te servirá para:
🡺 Saber cuando puedes dialogar, desescalar y convencer
🡺 Saber cuando debes retirarte
🡺 Saber cuando debes huir
🡺 Saber cuando debes pelear hasta neutralizar
🡺 Saber cuando debes pelear hasta matar o morir
Esto puede sonar exageradamente dramático, pero la realidad es que una vez que empieza la violencia física, no sabes cómo acaba. Y una estupidez se puede convertir en algo muy serio.
Como dice Marc MacYoung, en su libro A professional’s guide to ending violence quickly: «Si no estás listo para morir o matar por ello, no lo hagas.»
Una vez que empieza la violencia física, no sabes cómo acaba
Así que no pelees por pelear y también recuerda que huir también es una alternativa… siempre y cuando puedas hacerlo, pues no podrás escapar si estás con tu familia, hijos o pareja (bueno, este último a tu elección).
Recomiendo entonces no sólo entrenar ataques o defensas sino también huidas. En pocos Dojos o Gimnasios te dan esa opción, así que probablemente lo tengas que practicar por tu cuenta… a menos que vengas a nuestras clases.
Todos necesitamos un detonante ¿Cuál es el tuyo?
PD: Si quieres que tu detonante sea explosivo, ven a entrenar con nosotros reservando una clase aquí