Hace un par de semanas vino una chica preguntando por la clase. Era una persona bastante joven que, por alguna experiencia vivida —haberse encontrado con un idiota, básicamente—, quería aprender Defensa Personal.
—¿Cuánto tardaré en saber defenderme? —Preguntó la joven.
Sin embargo, en su tono de voz había algo más… parecía más bien: ¿por cuánto tiempo tendré que pasar por este calvario? Dejando a entender que le fastidiaba ir a clases de defensa pero que se sentía obligada.
La frase que pasó por mi mente fue “toda tu puta vida” pero como se supone que esto es un negocio, respondí algo así como “depende de cada persona”.
Y a pesar de que sentí no haber sido honesto del todo, tampoco es mentira: depende de la voluntad de cada uno, de sus habilidades y de otros numerosos factores.
Luego, hay sistemas para aprender a pelear más rápidos que otros… Yo hago lo posible para que Vortex Combatives sea uno de ellos, y estoy bastante satisfecho viendo los resultados en los que empezaron en 2020.
Pero si hay una verdad en todo esto, es que la actitud de “Lo quiero todo y lo quiero ya”, no te va a llevar a ningún lado si realmente quieres aprender autoprotección funcional.
LO QUE ERES Y LO QUE CREES SER
Hay quienes piensan haber entrenado suficiente. He escuchado a más de uno diciendo «yo he hecho de todo, ya no me queda nada por aprender» pero a pesar de esta soberbia, una cosa es lo que decimos ser (a nosotros mismos) y otra lo que realmente somos… Te voy a dar un ejemplo.
De niño practicaba Karate, como es común durante la infancia. Eso hizo que dentro de mi subconsciente, el yo instintivo recurriese a las patadas altas (mawashi geri a la cabeza) en cuanto se viese en aprietos.
Y eso se queda así el resto de tu vida… a menos que entrenes otros métodos durante cierto tiempo —el cual dependerá de la intensidad con la que entrenes— y así tu subconsciente pueda descartar las antiguas técnicas por otras que parecen funcionar mejor.
Pero hasta ese día, tu subconsciente sigue pensando que dar patadas altas es una buena idea… Sin embargo, tu flexibilidad no es la misma y tu precisión tampoco, pero tu cerebro ancestral, el que rige el instinto de supervivencia, no se ha enterado… y luego caes al suelo sin haber dado en el objetivo.
¿Cómo ha podido ser esto? Pues porque el entrenamiento es como un músculo: si no lo mantienes, desaparece. Y aunque hay cosas que no se olvidan, pelear requiere cierto nivel físico, cierta precisión, y la fuerza con la que golpeas no puede ser subestimada.
La fuerza con la que golpeas no puede ser subestimada
Además, en la gran mayoría de casos, tu rendimiento en una pelea real, será como mucho el mismo que tu nivel de entrenamiento. Así que si nunca entrenas pues ya me dirás… Miyamoto Musashi ya lo decía hace más de 300 años: «Sólo se puede pelear de la misma forma que se entrena.»
¿QUÉ TANTO DEBEMOS ENTRENAR?
Entiendo que en la vida moderna cada vez tenemos menos tiempo… Pero eso no siempre es verdad… Muchas veces te han robado el tiempo y no te has dado cuenta: Las redes sociales y la adicción por la series te quitan horas y a la larga no te aportan nada, sólo satisfacción inmediata.
Las RRSS y las series de TV te roban horas y no te aportan nada
Ojo, que todos necesitamos descansar y estar en estado de alerta blanco (estado relajado). De lo contrario nos quemamos por llevar una vida desequilibrada… Sin embargo, es bueno que analices cuánto tiempo te quita X cosa, por qué la haces y qué te aporta… Un maratón de series, 5-6 noches a la semana ¿te da o te quita?
Por ejemplo, muchos chicos ven con su novia series como «Vikingos» o «Hijos de la Anarquía», y mientras su chica se babea viendo a los machos alfa —que hacen lo que quieren cuando quieren—, el novio se babea el helado encima de la tripa que le ha salido de forma irremediable… No te conviertas en eso.
Ahora, contrariamente a lo que todos piensan, no hace falta entrenar hasta la exhaustividad... A veces, unos minutos al día, son suficientes para mantener y perfeccionar una técnica o mecánica corporal.
Lo que debes asegurarte es de no dejar ningún hueco en tu entrenamiento, es decir, que a parte de ir a clases para aprender a trabajar con otros cuerpos —lo más importante—, estando solo debes cultivar también los siguientes puntos: Técnica, Impacto, Fuerza y Sombra Libre.
Como dije, no hace falta cubrir todo en un día ni llegar al fallo muscular, con que cubras estos puntos de forma semanal irás edificando un cuerpo bien entrenado y más apto que la mayoría de la gente que pulula en las calles.
UNA TRANSFORMACIÓN INTERNA
Ten en cuenta un detalle importante: los criminales son como son por naturaleza y no necesitan entrenar… la mayoría ha vivido cosas en su infancia que difícilmente podrías imaginar. Son personas rotas… y lo que pasa en sus cabezas, no se parece a lo que pasa por la nuestra.
Tú que estás leyendo este blog —que muy probablemente no seas un criminal y cuya infancia habrá sido (medio) normal— sí que necesitas entrenar.
Entiende que alguien que te quiere mal ya tiene una ventaja sobre tí: posee un plan mientras tu vas pensando en tonterías (o en que el nivel del agua no se curva, da igual). Por lo tanto, para enfrentarte a algo inesperado debes lograr cambiar el chip a modo asesino en cero coma… y eso, nosotros “los buenos”, sólo lo logramos con sudor y lágrimas (y un poco de sangre, de vez en cuando).
Posteriormente, verás cambios en tu persona y en la forma en que ves la vida. Y ya una vez que hayas adquirido la actitud correcta, el Mindset como se dice en inglés, no necesitarás sino mantener los sentidos y los músculos vivos. Pero hasta que llegues ahí debes ser constante pues una cosa es lo que eres y otra es lo que crees ser.
Entonces, ¿cuál hubiese sido la respuesta adecuada a la pregunta que hizo la chica? Pues: hasta que tus huesos te lo impidan… porque ser un protector —de tu vida y de los demás— es una forma de ser.
Feliz año nuevo.
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